Sinopsis

Una chica de 16 años, que vive con su amiga,

es ubicada en un internado tras el asesinato de toda su familia , donde

conocerá unos seres como ella. Pero al descubrir el oscuro pasado de su

enamorado, su vida dará un giro de 180º...




domingo, 13 de junio de 2010

5. Mascota Nueva

Teníamos una hora de descanso luego del almuerzo así que fui a ver como estaba Steph. No me sorprendí nada al verla rodeada de chicos. Cuando me acerque vi como algunos me miraban sorprendidos y yo no sabía de que.
-Hola.-me dijo Steph y después de un movimiento de mano los chicos se fueron a regañadientes y, digamos, que si las miradas fueran como balas yo ya estaría mutilada por ellos.
­-Hola ¿Cómo te fue en clase?
-Bien ¿Y tú?
-Bien todos me trataron genial.- dije sonriendo, la verdad al decir esto solo pensaba en Lucas.
-Que suerte, y ¿En qué taller te inscribirás?
-En arte.- Siempre había querido ser artista me encantaba expresarme en el dibujo y la verdad que pintaba bastante bien.
-Yo también me inscribiré. Que buena idea ¿no?
-Sabes, tengo que ir a mi cuarto ya vengo.
Salí corriendo, esquivando a todas las personas que se encontraban en el camino. Algunos los rozaba o los chocaba pero nada me importaba solo quería llegara a mi cuarto y poder desahogarme.
Cuarto 231. Su puerta, ya vieja de tantos años que se encontraba ahí, tenía un raro grabado pero, de una forma retorcida, era muy hermoso. Al abrirla provocó un horrible rechinido.
Cuando entré no vi una gran caja que se encontraba en el suelo con la que luego de un rato me tropecé. Esta era pequeña pero pesada. Quité el adhesivo que la mantenía cerrada. Allí se encontraba una hermosa caja de bijouterie con forma de corazón y pintadas unas delicadas rosas. No quise abrirla, pronto no valdría la pena lo que se encontraba dentro de ella.
Me senté en mi cama tome una almohada y la presione en mi rostro. Después de un tiempo empezó a sentirme mareada, no pasaba el aire. Recordé a las personas que amo, mamá, papá, Nicolas, Stephanie, Joe, Jena y Emily.
“!No te suicides!”me dijo Eikoos.
“Tú siempre me odiaste ¿qué perderás?”
“Quiero ser yo la causa de tu suicidio”
Pero, cuanto estaba por cerrar los ojos para siempre, alguien entró a mi piesa y rápidamente me sacó la almohada de mi cara.
Era Joe.
Me hablaba y agitaba y aunque yo quería responderle no podía. Esta vez había llegado muy lejos.
De un momento a otro Joe se acercó peligrosamente a mis labios, aspiro aire y juntó nuestras bocas. Aspiraba el aire con la nariz y lo exhalaba en mi.
Comencé a toser y él se separó preocupado.
Lo quería mucho, era como un hermano, me protegía y me cuidaba. Yo sabía que el no sentía lo mismo por mí pero, en esta forma era muy egoísta. No quería que se fuera y lo obligaba a que sufriera porque le había dejado en claro que jamás estaría con él.
-¿Porqué lo haces?
- Hacer ¿Qué?- yo sabía a que se refería pero no quería dar explicaciones.
- Te lastimas.
Comencé a llorar, el me abrazó y comenzó a acariciarme mi cabello.
-Es que me di cuenta de que no tengo futuro.- comencé a sollozar pero proseguí- Soy un asco en las materias, y creo que este año repetiré. Entonces se me viene a la mente que la única forma de destacar es pintando, porqué sé que soy buena en eso, y cuando se lo cuento a Stephanie ella dice que también se inscribirá a arte y ella es igual o mejor que yo y…
-Sookie, quizás no eres perfecta, pero nadie lo es.
Alguien toca la puerta y sin esperar respuesta entra. Jena no nos vio en una linda escena ya que Joe y yo estábamos abrazados. Lo peor de todo es que a ella le gusta Joe.
-Hola.-dije mientras me apartaba de Joe y me sacaba las lágrimas.
-Perdón por interrumpir.-Jena era muy educada y nunca le faltaba el respeto a nadie ni siquiera por amor.-El director acaba de avisar que este año, para que socialicemos mas las chicas con los chicos, las habitaciones serán mixtas y nos asignaran a nuestro compañero en este instante.
-Gracias Jena.
- Es un placer ayudarte primita. Que hermoso collar Joe ¿puedo verlo?
-Por supuesto Jena.
El collar era de plata y tenía enganchado una linda lapisazul con un signo grabado. Era extraño pero parecía familiar. Jena lo tiró con desprecio y enojo. Joe y yo quedamos asombrados.
-Tenía algo mi collar o ¿qué?
-Es un “E.C.V”- dijo refiriéndose a mi.
-¿Qué es un E.C.V?
“Estúpidos Caza Vampiros” me dijo Eikoos, que hasta ahora había estado callada. En ese momento quedé en estado de shock. Joe era un caza vampiro, la misma organización que había matado a mi familia.
En aquel momento entendí todo. Los padres de Joe habían tenido el mismo “accidente” que habían tenido mis padres. Vampiros. Vampiros eran los habían matado a sus padres y venganza era lo que lo impulsaba al asesinato de estos.
-Joe ¿cómo puedes cometer esa atrocidad?- dije casi gritando, estaba alterada, muy alterada.
-¿Qué atrocidad? ¿De qué hablas Sookie? ¿Por qué gritas?
-¡No quiero verte más! Acompáñame Jena.
-Sería un placer.
Salí de mi habitación dejando a Joe en ella. Seguramente no tenía ni idea de lo que estábamos hablando allí adentro.
Corrimos por el pasillo, este era oscuro las esquinas de los techos estaban llenos de humedad. El ambiente en Londres era muy lluvioso y húmedo, pero yo nací y viví con un clima como este, así que no me molestaba. A Jena tampoco ya que ella vivía en Washintong solo en invierno, y los veranos vivía en Alaska.
Jena caminaba recta y con la cabeza en alto, no porque se sintiera superior sino porque ella murió en el 1800 y en esa época todas las jovencitas de su edad debían caminar de esa forma para demostrar que tenía educación.
Todos los alumnos se habían amontonado sobre una pared de corcho. Poco a poco los jóvenes se iban yendo.
Jena soltó un fuerte bufido y maldijo a sus adentros al leer cual sería su compañero de cuarto. Si lo hubiera leído una hora antes le encantaría. Joe era ahora un caza vampiros y no recibiría el mismo trato por parte mía y de mi familia.
Jen se corrió para dejarme leer.
Mi dedo bailaba sobre el fino papel buscando mi nombre. Un minuto después lo encontré mi nombre. Lucas. Volví a leerlo. No estaba loca sabía que Mi nombre estaba separado de el de él por una larga línea punteada.
Jena se despidió de mi ya que teníamos cuartos separados.
El camino hacia mi otra habitación fue largo.
Por el altavoz el director había avisado que los conserjes nos traerían las cosas hasta las nuevas habitaciones.
97. Esa puerta vieja era la entrada a el cuarto 97. Mi cuarto.
La puerta hizo un rechinido muy fuerte. Las cosas de Lucas ya estaban dispersas por todos lados. No era muy ordenado, ya que tenía toda su ropa tirada por la sala.
Decidí no ir a la escuela después del receso para así poder ordenar mi cuarto.
-Hola ¿Lucas?
-Tu cuarto es el de la derecha.-Grito este sin salir de su habitación.
Nuestro cuarto era gigante. Tenía una cocina, una sala con TV plasma y un gran baño con una bañadera muy grande.
A diferencia de toda la sala mi cuarto estaba ordenado.
Me estaba cansando de estar encerrada en este internado y solo había pasado unas horas allí. Me senté en el sofá e hice zapping en la tele.
Lucas salió por fin de la habitación. Llevaba puesto solo unos pantalones. Tenía unos músculos bien marcados en los brazos y en el abdomen. Sus cabellos estaban despeinados y su cara reflejaba cansancio.
- Hola
- Hola. ¿Se puede salir para pasear?
- Si, se puede pero no se debe. Hay una puerta trasera, nadie la cuida, podes salir. Si vuelves no creo que te digan nada.
- En ese caso saldré, quiero visitar a mis padres, se como llegar al Cementerio Lemert.
Recogí mis cosas y salí por la puerta trasera como Lucas me indicó. El autobús me dejó en la puerta del gran cementerio.
Estaba anocheciendo, mi visita tendría que ser rápida. El cielo estaba rosa, las nubes se veían hermosas, todo esto parecía un cuadro recién pintado.
La dura piedra indicaba los nombres de mi difunta familia.
Aún recuerdo todas las noches que dormía en aquel pasto húmedo. Recostada en la tierra llorando por mi perdida. Aún me pregunto que abría pasado si yo no hubiera salido y hubiera comido la deliciosa lasaña que mi madre cocinaba. ¿Podrían ahora seguir con vida o simplemente yo estaría muerta?
Me acosté encima de las tumbas de mi familia. En esa misma posición había estado por tres meses. Una lengua áspera me lamió el pulgar.
Un pequeño gatito se acurrucó en mi pecho. Sus enormes ojos naranjas contrastaban perfectamente con su hermoso pelaje gris.
Me preguntaba si era de alguien. De chica siempre me había gustado las mascotas pero mi perro era muy agresivo con las demás.
- Es un muy hermoso gato, ¿no crees?- un joven morocho y de ojos azules se encontraba en frente mío. Parecía tener unos 20 años y llevaba un hermoso traje negro, supuse que venía a un entierro.
- Si es precioso.-dije sin levantarme por miedo de despertar al lindo minino.-Disculpa, ¿te conozco?
- No, que mala educación la mía. Mi nombre es Jackson Olverier. ¿El tuyo es Sookie Skull?
- Sí, ¿cómo lo sabes?
Su cara reflejo nervios, temí a cual fuera su respuesta, quizás fuera un loco que me perseguía cuando yo no tenía ni la menor idea. Se tranquilizó al saber que encontró una.
- Vas con mi hermana al internado.
- Ohh. ¿Cuál es el nombre de tu hermana?- pregunté yo aún desconfiada.
- Elena. Sabes,-dijo este intentando cambiar de tema- yo trabajo aquí y lo que me
sorprende es que ese hermoso gatito duerme todos los días en las tumbas en las que
ahora te encuentras.
- ¿Estas hablando en serio?
- Por supuesto, no tiene dueño y todas las noches duerme solo.
- ¿No tiene dueño? ¿Crees que me lo pueda llevar?
- Claro que sí, soy el dueño de aquí y ninguno de mis empleados se ha encariñado
con el pequeño minino.
- Pues es muy tarde ya, fue un gusto conocerte.
Me levante, tome a él gatito y salí corriendo.



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- Vamos, es solo un gatito, por favor, vivía solo en el cementerio en las tumbas de mis padres, me dio pena y lo traje aquí.
- Ya sé la historia, pero ¿no se te ocurrió preguntarme a mí antes de traerlo?- preguntó Lucas muy molesto.
- Estaba siendo acosada por un loco. Además podría ser nuestro gatito, como si fuera nuestro bebé.
- Hecho.- dijo tras una larga pausa.-Pero yo elegiré el nombre. Rory. Y tampoco dormirá conmigo.
- Gracias.
- Y tú me tendrás que dar algo que yo te pida y ahora.
- ¿Qué cosa?
- Que tu prepares la cena.
- Bien.
Miré por la ventana y comencé a reír de inmediato, no podía creer lo que estaba viendo…

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Por favor, todos los que leeen mi blog, porfas comenten.