Sinopsis

Una chica de 16 años, que vive con su amiga,

es ubicada en un internado tras el asesinato de toda su familia , donde

conocerá unos seres como ella. Pero al descubrir el oscuro pasado de su

enamorado, su vida dará un giro de 180º...




domingo, 13 de junio de 2010

5. Mascota Nueva

Teníamos una hora de descanso luego del almuerzo así que fui a ver como estaba Steph. No me sorprendí nada al verla rodeada de chicos. Cuando me acerque vi como algunos me miraban sorprendidos y yo no sabía de que.
-Hola.-me dijo Steph y después de un movimiento de mano los chicos se fueron a regañadientes y, digamos, que si las miradas fueran como balas yo ya estaría mutilada por ellos.
­-Hola ¿Cómo te fue en clase?
-Bien ¿Y tú?
-Bien todos me trataron genial.- dije sonriendo, la verdad al decir esto solo pensaba en Lucas.
-Que suerte, y ¿En qué taller te inscribirás?
-En arte.- Siempre había querido ser artista me encantaba expresarme en el dibujo y la verdad que pintaba bastante bien.
-Yo también me inscribiré. Que buena idea ¿no?
-Sabes, tengo que ir a mi cuarto ya vengo.
Salí corriendo, esquivando a todas las personas que se encontraban en el camino. Algunos los rozaba o los chocaba pero nada me importaba solo quería llegara a mi cuarto y poder desahogarme.
Cuarto 231. Su puerta, ya vieja de tantos años que se encontraba ahí, tenía un raro grabado pero, de una forma retorcida, era muy hermoso. Al abrirla provocó un horrible rechinido.
Cuando entré no vi una gran caja que se encontraba en el suelo con la que luego de un rato me tropecé. Esta era pequeña pero pesada. Quité el adhesivo que la mantenía cerrada. Allí se encontraba una hermosa caja de bijouterie con forma de corazón y pintadas unas delicadas rosas. No quise abrirla, pronto no valdría la pena lo que se encontraba dentro de ella.
Me senté en mi cama tome una almohada y la presione en mi rostro. Después de un tiempo empezó a sentirme mareada, no pasaba el aire. Recordé a las personas que amo, mamá, papá, Nicolas, Stephanie, Joe, Jena y Emily.
“!No te suicides!”me dijo Eikoos.
“Tú siempre me odiaste ¿qué perderás?”
“Quiero ser yo la causa de tu suicidio”
Pero, cuanto estaba por cerrar los ojos para siempre, alguien entró a mi piesa y rápidamente me sacó la almohada de mi cara.
Era Joe.
Me hablaba y agitaba y aunque yo quería responderle no podía. Esta vez había llegado muy lejos.
De un momento a otro Joe se acercó peligrosamente a mis labios, aspiro aire y juntó nuestras bocas. Aspiraba el aire con la nariz y lo exhalaba en mi.
Comencé a toser y él se separó preocupado.
Lo quería mucho, era como un hermano, me protegía y me cuidaba. Yo sabía que el no sentía lo mismo por mí pero, en esta forma era muy egoísta. No quería que se fuera y lo obligaba a que sufriera porque le había dejado en claro que jamás estaría con él.
-¿Porqué lo haces?
- Hacer ¿Qué?- yo sabía a que se refería pero no quería dar explicaciones.
- Te lastimas.
Comencé a llorar, el me abrazó y comenzó a acariciarme mi cabello.
-Es que me di cuenta de que no tengo futuro.- comencé a sollozar pero proseguí- Soy un asco en las materias, y creo que este año repetiré. Entonces se me viene a la mente que la única forma de destacar es pintando, porqué sé que soy buena en eso, y cuando se lo cuento a Stephanie ella dice que también se inscribirá a arte y ella es igual o mejor que yo y…
-Sookie, quizás no eres perfecta, pero nadie lo es.
Alguien toca la puerta y sin esperar respuesta entra. Jena no nos vio en una linda escena ya que Joe y yo estábamos abrazados. Lo peor de todo es que a ella le gusta Joe.
-Hola.-dije mientras me apartaba de Joe y me sacaba las lágrimas.
-Perdón por interrumpir.-Jena era muy educada y nunca le faltaba el respeto a nadie ni siquiera por amor.-El director acaba de avisar que este año, para que socialicemos mas las chicas con los chicos, las habitaciones serán mixtas y nos asignaran a nuestro compañero en este instante.
-Gracias Jena.
- Es un placer ayudarte primita. Que hermoso collar Joe ¿puedo verlo?
-Por supuesto Jena.
El collar era de plata y tenía enganchado una linda lapisazul con un signo grabado. Era extraño pero parecía familiar. Jena lo tiró con desprecio y enojo. Joe y yo quedamos asombrados.
-Tenía algo mi collar o ¿qué?
-Es un “E.C.V”- dijo refiriéndose a mi.
-¿Qué es un E.C.V?
“Estúpidos Caza Vampiros” me dijo Eikoos, que hasta ahora había estado callada. En ese momento quedé en estado de shock. Joe era un caza vampiro, la misma organización que había matado a mi familia.
En aquel momento entendí todo. Los padres de Joe habían tenido el mismo “accidente” que habían tenido mis padres. Vampiros. Vampiros eran los habían matado a sus padres y venganza era lo que lo impulsaba al asesinato de estos.
-Joe ¿cómo puedes cometer esa atrocidad?- dije casi gritando, estaba alterada, muy alterada.
-¿Qué atrocidad? ¿De qué hablas Sookie? ¿Por qué gritas?
-¡No quiero verte más! Acompáñame Jena.
-Sería un placer.
Salí de mi habitación dejando a Joe en ella. Seguramente no tenía ni idea de lo que estábamos hablando allí adentro.
Corrimos por el pasillo, este era oscuro las esquinas de los techos estaban llenos de humedad. El ambiente en Londres era muy lluvioso y húmedo, pero yo nací y viví con un clima como este, así que no me molestaba. A Jena tampoco ya que ella vivía en Washintong solo en invierno, y los veranos vivía en Alaska.
Jena caminaba recta y con la cabeza en alto, no porque se sintiera superior sino porque ella murió en el 1800 y en esa época todas las jovencitas de su edad debían caminar de esa forma para demostrar que tenía educación.
Todos los alumnos se habían amontonado sobre una pared de corcho. Poco a poco los jóvenes se iban yendo.
Jena soltó un fuerte bufido y maldijo a sus adentros al leer cual sería su compañero de cuarto. Si lo hubiera leído una hora antes le encantaría. Joe era ahora un caza vampiros y no recibiría el mismo trato por parte mía y de mi familia.
Jen se corrió para dejarme leer.
Mi dedo bailaba sobre el fino papel buscando mi nombre. Un minuto después lo encontré mi nombre. Lucas. Volví a leerlo. No estaba loca sabía que Mi nombre estaba separado de el de él por una larga línea punteada.
Jena se despidió de mi ya que teníamos cuartos separados.
El camino hacia mi otra habitación fue largo.
Por el altavoz el director había avisado que los conserjes nos traerían las cosas hasta las nuevas habitaciones.
97. Esa puerta vieja era la entrada a el cuarto 97. Mi cuarto.
La puerta hizo un rechinido muy fuerte. Las cosas de Lucas ya estaban dispersas por todos lados. No era muy ordenado, ya que tenía toda su ropa tirada por la sala.
Decidí no ir a la escuela después del receso para así poder ordenar mi cuarto.
-Hola ¿Lucas?
-Tu cuarto es el de la derecha.-Grito este sin salir de su habitación.
Nuestro cuarto era gigante. Tenía una cocina, una sala con TV plasma y un gran baño con una bañadera muy grande.
A diferencia de toda la sala mi cuarto estaba ordenado.
Me estaba cansando de estar encerrada en este internado y solo había pasado unas horas allí. Me senté en el sofá e hice zapping en la tele.
Lucas salió por fin de la habitación. Llevaba puesto solo unos pantalones. Tenía unos músculos bien marcados en los brazos y en el abdomen. Sus cabellos estaban despeinados y su cara reflejaba cansancio.
- Hola
- Hola. ¿Se puede salir para pasear?
- Si, se puede pero no se debe. Hay una puerta trasera, nadie la cuida, podes salir. Si vuelves no creo que te digan nada.
- En ese caso saldré, quiero visitar a mis padres, se como llegar al Cementerio Lemert.
Recogí mis cosas y salí por la puerta trasera como Lucas me indicó. El autobús me dejó en la puerta del gran cementerio.
Estaba anocheciendo, mi visita tendría que ser rápida. El cielo estaba rosa, las nubes se veían hermosas, todo esto parecía un cuadro recién pintado.
La dura piedra indicaba los nombres de mi difunta familia.
Aún recuerdo todas las noches que dormía en aquel pasto húmedo. Recostada en la tierra llorando por mi perdida. Aún me pregunto que abría pasado si yo no hubiera salido y hubiera comido la deliciosa lasaña que mi madre cocinaba. ¿Podrían ahora seguir con vida o simplemente yo estaría muerta?
Me acosté encima de las tumbas de mi familia. En esa misma posición había estado por tres meses. Una lengua áspera me lamió el pulgar.
Un pequeño gatito se acurrucó en mi pecho. Sus enormes ojos naranjas contrastaban perfectamente con su hermoso pelaje gris.
Me preguntaba si era de alguien. De chica siempre me había gustado las mascotas pero mi perro era muy agresivo con las demás.
- Es un muy hermoso gato, ¿no crees?- un joven morocho y de ojos azules se encontraba en frente mío. Parecía tener unos 20 años y llevaba un hermoso traje negro, supuse que venía a un entierro.
- Si es precioso.-dije sin levantarme por miedo de despertar al lindo minino.-Disculpa, ¿te conozco?
- No, que mala educación la mía. Mi nombre es Jackson Olverier. ¿El tuyo es Sookie Skull?
- Sí, ¿cómo lo sabes?
Su cara reflejo nervios, temí a cual fuera su respuesta, quizás fuera un loco que me perseguía cuando yo no tenía ni la menor idea. Se tranquilizó al saber que encontró una.
- Vas con mi hermana al internado.
- Ohh. ¿Cuál es el nombre de tu hermana?- pregunté yo aún desconfiada.
- Elena. Sabes,-dijo este intentando cambiar de tema- yo trabajo aquí y lo que me
sorprende es que ese hermoso gatito duerme todos los días en las tumbas en las que
ahora te encuentras.
- ¿Estas hablando en serio?
- Por supuesto, no tiene dueño y todas las noches duerme solo.
- ¿No tiene dueño? ¿Crees que me lo pueda llevar?
- Claro que sí, soy el dueño de aquí y ninguno de mis empleados se ha encariñado
con el pequeño minino.
- Pues es muy tarde ya, fue un gusto conocerte.
Me levante, tome a él gatito y salí corriendo.



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- Vamos, es solo un gatito, por favor, vivía solo en el cementerio en las tumbas de mis padres, me dio pena y lo traje aquí.
- Ya sé la historia, pero ¿no se te ocurrió preguntarme a mí antes de traerlo?- preguntó Lucas muy molesto.
- Estaba siendo acosada por un loco. Además podría ser nuestro gatito, como si fuera nuestro bebé.
- Hecho.- dijo tras una larga pausa.-Pero yo elegiré el nombre. Rory. Y tampoco dormirá conmigo.
- Gracias.
- Y tú me tendrás que dar algo que yo te pida y ahora.
- ¿Qué cosa?
- Que tu prepares la cena.
- Bien.
Miré por la ventana y comencé a reír de inmediato, no podía creer lo que estaba viendo…

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Por favor, todos los que leeen mi blog, porfas comenten.

lunes, 10 de mayo de 2010

¡100 visitas!

¡100 visitas!

¡¡Graciaaaaaaaaaaaas!! ¡¡Los amo!!

" ¿Para qué conservar la vida si no puedes disfrutarla?
Para lo único que servimos es para nacer, reproducirse y morir. La verdadera razón por la que vivimos es para dejar descendencia para que la especie no se extinga ¿Y luego qué? Luego de que nuestro objetivo principal está cumplido ¿Qué sucede? No servimos. Morimos.
La muerte es lo último. A lo que todos temen ¿Qué hay después de la muerte? ¿Renacemos? ¿Reencarnamos? Quizás, solo nos quedamos en un vacío infinito. Solos. Sin nadie.
Entonces, si para lo único que servimos es para reproducirnos ¿Somos iguales que los animales? No, somos peores.
Todos dicen que lo único que nos separa de los animales es el razonamiento pero yo creo que lo único que nos separa verdaderamente es que somos más mortíferos. Nos damos cuenta de a quienes estamos perjudicando y sin embargo no nos importa, le quitamos la vida, sin compasión. Matamos en guerras sin sentido y contaminamos para saciar placeres que no son necesarios. Somos, todavía seres salvajes y despiadados. "


Esta es mi opinion sobre los seres humanos y sus vidas, espero que les guste.


Prometo publicar el fin de semana. Los amo.


Martu.

viernes, 7 de mayo de 2010

¡Tengan paciencia!

Perdón por no publicar pero es que no me va muy bien en las materias y estoy estudiando para levantar nota.


Ayer estaba aburrida y escribí esto:


"Pensando en ti sin abrir los ojos, soñé un sueño. Éramos los únicos en el mundo, nuestros besos retumbaban en el vacío, nuestras miradas se encontraban a kilómetros de distancia, nuestros cabellos se enredaban en el viento y tus ojos nos daban luz en las noches oscuras cuando dormíamos juntos dándonos calor uno al otro. Juntos podíamos hacer lo que queríamos y sin embargo no me querías. Teníamos el mundo para nosotros y aún así no me deseabas.
Abrí los ojos y tu no estabas allí para hacerme compañía."


Espero que les guste. Prometo publicar pronto, tengan paciencia.


¡Vamos que casi llegamos a las 100 visitas!


¡Comenten!

jueves, 15 de abril de 2010

4. Visitas Inesperadas

POV Eikoos.


Ya había observado como mi querida hermana, Sookie, conquistaba por mucho tiempo al idiota que parecía una Barbie. Me estaba aburriendo, jamás podía hacer nada, no podía hablar, moverme, sólo estaba allí, en ese estúpido cuerpo, encerrada sin poder hacer nada. Por más de diez años me quedé quieta muriendo lentamente. Mientras que mi hermana gozaba todos los placeres que le ofrecían mamá y papá. Ella saboreaba las deliciosas comidas que hacía mi querida madre, sentía los cariñosos abrazos de Nicolas y olía el delicioso perfume que emitía mi padre, ese sabroso aroma que producíamos los vampiros.
Sookie debería comprender que no soy mala porque nací así, sino que me gusta verla sufrir. Me encanta ver como algo le sale mal en la vida, me encanta verla agonizar en sus sueños, me encanta ver como siente lo que yo sentí estos últimos 16 años.
La venganza me sienta bien. Jamás he hecho otra cosa que no sea torturar a mi hermana. ¿Por qué? Porque todos los que me rodean, todos son felices, ninguno sufre lo que yo estoy sufriendo.
Varias veces he pensado en suicidarme, ¿Pero cómo si no es por el cuerpo de Sookie? Aun no lo sé.
Yo en el fondo, quiero a mi hermana, pero cómo expresarme con ella si no es mentalmente, cómo abrazarla, cómo darle consejos de cosas que jamás viví. Mi propósito en el mundo es sufrir. Me imagino que soy un ladrón, que aunque no haya hecho nada estoy allí pudriéndome en la cárcel ¿Cómo amar a un policía si te tiene encerrado?
Solo soy un fantasma que quedó encerrado en el cuerpo de su hermana.
Mi historia es sencilla (o por lo menos para mi), cuando Sookie y yo éramos pequeñas fuimos las mejores amigas, aunque solo teníamos dos años. Al cumplir los tres sufrí una grave enfermedad. Sookie, aunque yo lo negué, me hospedó en su cuerpo, pero me retuvo tanto tiempo en él que aunque mi cuerpo se había curado quedé encerrada en el suyo.
Nunca nadie le contó a Sookie la verdadera historia, ella piensa que soy una parte de si misma. Me encantaría contarle la verdadera historia y explicarle porque la odio tanto. Pero no puedo decirle: “Hola soy tu gemela, cuando éramos pequeñas me encerraste en tu cuerpo y no me dejaste salir, y esa es la razón por la que te odio”; además en ese momento me tendría lástima, y no quiero que se ponga sentimental.


POV Sookie.

-Bien, nos vemos en el almuerzo, ¿cierto?- me preguntó Lucas. Sus hermosos ojos se encontraron con los míos, para mi mala suerte porque me quedé atrapada en el bellísimo mar que se encontraba en ellos. Sus hermosos ojos. Los que cambiaban de un azul claro a uno carmesí cada vez que se enojaba, esos ojos que acababa de conocer, esos ojos que en ese instante reflejaban preocupación. Nuevamente me había ahogado en mis pensamientos. Mi cuerpo no respondía.
-¿Te encuentras bien?-me preguntó con desesperación.- Sookie… ¡Sookie!- La última vez que repitió mi nombre lo dijo casi gritando mientras me agitaba.
“Responde idiota, o ¿Prefieres que le responda yo?”Me dijo Eikoos.
Hice mi mejor esfuerzo para que mi cuerpo reaccionara, no dejaría que Eikoos hablara por mí.
-Sí, lo lamento, yo…no quise…preocuparte- le dije mirando al suelo, para que no notara que mis mejillas estaban totalmente rojas.
El me tomó de la barbilla obligándome a verlo a los ojos. Sus labios se deformaron para dedicarme una hermosa sonrisa.
-Eres muy hermosa cuando te sonrojas.-era tan dulce.
El timbre sonó y yo tenía que ir a Química, me despedí de Lucas con la mano y el correspondió con una de sus bellas sonrisas.
En el camino hacía el salón 21 me encontré con Joe.
-Hola-me dijo mientras tomaba mis libros como un caballero.
-Hola Joe.- Yo por más de seis años sabía que Joe sentía algo más por mí, pero me negaba a darle una oportunidad. Sabía que no saldría bien, y temía perderlo.
-¿Cómo has estado?
-Bueno, nunca estaré bien mientras que esto sea una escuela, pero por ahora no pasó nada malo.
-Oye,-me dedicó una de sus sonrisas que me hacían sentir bien, y continuó- cargaría tus libros hasta el fin del mundo pero por mala suerte debo ir a clase.
-Gracias.-dije mientras me entregaba mis libros-Adiós, que tengas suerte.- Le grité antes de que entrara a su salón.
Cuando llegue pude ver que nadie aun se encontraba en mi clase, excepto la maestra. Me senté en un banco de atrás, no me gustaba llamar la atención.
Después de un tiempo los jóvenes fueron entrando. A la mayoría ya los había visto de las clases anteriores y ellos a mí así que no me prestaron mucha atención, por suerte.
Cuando todos los alumnos entraron la profesora se presentó “Shoreria Mirfa”.
Al pronunciar su nombre mitad del salón se rió y la otra mitad decidimos respetarla.
Una joven de cabellos rojo fuego entró al salón, sus ojos celestes se posaron en mí mientras que me dedicaba una dulce sonrisa.
Los chicos sólo se quedaron admirando su hermosura, mientras que las chicas la envidiaban.
-Buenos días,- le dijo la joven con una voz melodiosa, la profesora apartó la vista de su tablero para poder contemplar el rostro de quien la saludaba.-Mi nombre en Jena Skull.
-Buenos días jovencita.- ¿Skull? ¿Era Jena? ¿Mi prima lejana? Imposible, ella vivía en New York, ¿Qué estaría haciendo en Londres?
La vieja profesora revisó su tablero nuevamente para verificar que se encontraba en esta clase.
-¿Usted es pariente de la señorita Sookie?- En ese momento todos reaccionaron y giraron su cabeza para así poder verme.
-En efecto.-le respondió Jena-Soy su prima.-dijo esta vez refiriéndose a mí.
Me dedicó una linda sonrisa y yo se la devolví.
Jena caminó lentamente hacia mí. Parecía una hermosa modelo en su pasarela. Se sentó junto a mí.
-¿Qué haces aquí, Jena?-le pregunté sorprendida.-Pensé que te encontrabas en California.
-Bueno, después de que mamá se enteró sobre que te habías inscripto en este colegio, decidió que nosotras iríamos tanbien. Para que pasaras más tiempo en familia. Todos te extrañamos, no has venido a visitarnos, desde…tú sabes…el “accidente”.
Accidente, así lo llamábamos a el asesinato de mi familia frente a mortales.
-Lo sé, luego del “accidente” viví con una amiga y no quería molestar a los demás.
-Prima, verte es una bendición, te extrañé mucho- dijo abrazándome.
Alguien muy cercano se aclaró la garganta y al darme vuelta pude ver a Stephan. Él me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.
-¿Es tu novio?-preguntó Jena curiosa.
-No- dije riéndome.
“Pero lo será” contestó Eikoos a la pregunta de mi prima.
“¡No!”
-¿Recuerdas a Eikoos?
-Sí.
-Pues parece que a ella le agrada mucho Stephan.-dije señalando con el pulgar al lindo joven que se encontraba muy cerca de mí.
-Oh-Dijo con cara apenada, debería estar poniéndose en mi lugar.-Y ¿A tí te interesa alguien?
En ese momento mi cara debería de estar en un rojo intenso porque sentí como mis mejillas me quemaban.
-Bueno, se podría decir que me agrada un chico llamado Lucas.
Luego de eso la señorita nos calló porque iba a empezar la clase.

La campana sonó y teníamos que ir al almuerzo.
-Acompáñame, te sentarás conmigo en el almuerzo ¿Cierto?
-Lo lamento, pero Lucas me lo había pedido antes.
-Pues él se sentará con nosotros jovencita, porque tienes que recuperar 6 años sin vernos y ponerte al tanto de todo.-dijo con un tono materno.
-Esta bien mamá.-dije cargándola.
Al entrar al enorme comedor toda la gente se nos quedó mirando, algunas miradas reflejaban curiosidad, otras envidia y algunas lujuria.
-Voy a ver a Lucas, enseguida voy con ustedes.
-Esta bien pero te estoy vigilando Sookie Kesha Skull.
Me dirigí hacía la mesa de Lucas. En el camino me encontré con la mirada de Stephan que me miraba muy decepcionado al ver hacia donde me dirigía.
En la mesa de Lucas se encontraba Thomas y una joven de cabello rubio muy hermosa.
-Hola Lucas, Thom…-miré hacía la chica, esta me miraba con desprecio- Disculpa, no nos han presentado, mi nombre es Sookie-dije tendiendo la mano. Esta la miró con asco y prosiguió a presentarse.
-Mi nombre es Stacy.-dijo con aire de superioridad.
-Discúlpala, es una maleducada.-me informó Thomas. Stacy le dio un codazo un sus costillas para que se callara.
-Lucas, sé que te prometí sentarme contigo pero…
-Si no quieres no importa- me interrumpió.
-No, no es eso, es que vinieron parientes que no veía hace mucho y…
-Siéntate con ellos no importa-me interrumpió nuevamente.
-No es eso Lucas, déjame hablar.
-Lo lamento.
-Mi familia llegó y mi prima me dijo que tenía que sentarme con ella pero yo negué la petición de mi prima porque te prometí a ti primero entonces ella dio la idea de que tú comieras con nosotros, ¿Quieres?
-¿Tu estarás allí?-Yo asentí.-Pues, en ese caso yo estaría encantado.
Se despidió de sus hermanos y fuimos hacia a la mesa en la que se encontraban mis dos primas, Jena y Emily, también había un joven que no conocía.
- Les presento a Lucas, él es un compañero mío- Todos le sonrieron y luego Jena me dedicó una sonrisa pícara.- Lucas, ellas son mis primas, Emily y Jena, y lamentablemente no tengo la menor idea de quién es el joven.
-Él es mi novio Adams- me informó Emily.
-Es un placer.
-El placer es mío, me han hablado tanto de ti que tenía muchas ansias de conocerte.-Me comunicó Adams. Parecía un joven agradable.
El almuerzo pasó rápido y nuevamente la campana arruinó todo. Nos despedimos y cada uno entró a su salón.

domingo, 4 de abril de 2010

3.Eikoos

La clase de geografía era una tortura, no sólo porque la materia no me gustaba sino porque la profesora hacía todo demasiado lento. Creo que intentaba demostrar lo que tardo en separarse la Pangea.... ¡en tiempo real!
Había elegido sentarme al lado de la ventana(sola porque Steph tenia Literatura) para así, poder recordar esas felices tardes de enero disfrutando con mi familia los pequeños rayos de sol que se asomaban por en sima de nuestra pequeña cabaña. Las tardes en las que Nicolas jugaba con Forfo, nuestro gran perro, en el gran bosque que teniamos cerca de nuestra casa. Aún recuerdo como mamá nos leía los cuentos sobre seres hermosos que aparecían cuando la gran luna decidía mostrarse entera. Recuerdo como papá me elevaba en el aire mientras que giraba sobre sí mismo. Recuerdos. Ya eran sólo recuerdos las imágenes de ellos, felices a mi lado.
Unas lágrimas amenazaban con salir, yo las retenía porque no quería llamar la atención.
Un alumno interrumpió la clase, era alto y de cabello casi negro, era muy lindo. El alumno le informó a la profesora que era nuevo y esta señaló hacía el lugar donde estaba yo. Suponía que llegaría el momento en que tendría que sentarme con alguien que no conocía pero no pensé que sería tan pronto. El joven se sentó a mi lado y sacó los útiles de la materia.
La clase se volvía cada vez mas aburrida y no tenía muchas ganas de entablar una conversación con el nuevo. Mis párpados se cerraban y mis sentidos bajaban al guardia, ya mis oídos no escuchaban nada, ni la brisa de otoño, ni el armonioso canto de las aves, ni a la molesta profesora. Mi cuerpo se tambaleaba, y de pronto ya no sentí nada más, mis ojos se habían sellado y no pensaban abrirse hasta que descansara un poco.
El sueño que tuve fue el más raro que he tenido nunca. Había una flor blanca que resaltaba en el oscuro bosque.Un raro impulso me hacia querer tomarla, pero cada vez que me acercaba a ella esta se alejaba. De repente apareció un gran lobo color negro que se mezclaba con el siniestro bosque, el lobo se acercaba lentamente a la flor sin embargo le sucedía lo mismo que a mí. El animal hizo una seña queriendo que me subiera a su lomo pero cuando estaba por hacerlo Lucas me agarró de la cintura y me acercó a él.
El lobo le gruñó y Lucas lo imitó, me dejó en el suelo y se acercó a la flor, esta no se movió y se dejó arrancar. Lucas me sonrió y me le entregó. Era la flor más hermosa que jamás había visto. Sin embargo la flor desapareció, al igual que el lobo. Junto a Lucas apareció mi difunta familia al ver a este se enojó; mi padre empezó a pelear contra Lucas mientras que mi madre me abrazaba protegiéndome de algo que aún no sabía que era, Nicolas lloraba y mi madre me soltó para poder tomarlo en sus brazos.
En el corto segundo que tardó mi madre en agarrar a mi hermano Lucas me sujetó de la mano sacándome de ese horrible bosque. Lucas desapareció dejándome sola y enfrente mío un espejo. Una chica muy linda con una larga cabellera castaña y unos hermosos ojos verdes se reflejaba en el enorme espejo. Ese no era mi reflejo, era el reflejo de mi parte oscura. Una parte a la que le gustaba verme sufrir, esa parte que noche y día me atormentaba con recuerdos que me dolían, esa parte que siempre veía el lado malo de todas las situaciones. El lado que producía los sueños que más me lastimaban. Ese lado me impulsaba a hacer cosas horribles que jamás haría por cuenta propia.
-Despiértate, oye…como te llames levántate-dijo una voz que salía de la nada, parecía que lo decía con cariño.
Cuando por fin abrí los ojos pude divisar que la voz tan bella provenía de aquel muchacho que se sentaba con migo. Yo estaba recostada en su hombro. Me refregué la cara con mis manos. Mis mejillas ardían, seguramente estaba roja. Él me sonrió, cariñosamente.
“Espero que te haya gustado el sueño” me dijo Eikoos, así la había llamado de pequeña a mi parte malvada. Siempre me hacía sufrir, se lastimaba a ella misma ya que Eikoos era parte de mí, quizás era mi parte suicida o algo así.
-Mi nombre es Stephan.-Dijo el joven, “Que hermosa voz.” Me dijo Eikoos.
-El mío es Eikoos- ¡me estaba controlando!, podía oír lo que ella pensaba. Ella pensaba que el chico era muy guapo.
-Eikoos, que raro nombre.-Eikoos parecía decepcionada, y creo que esto se reflejaba en mi rostro, porque el chico agrego-Pero un muy hermoso nombre.
Eikoos sonrío, ¿podría ser que mi parte mala estaba enamorada?
“-Eikoos necesitamos hablar a solas de esto.- le dije.”
“-Ya estamos hablando solas.”
“-¡No quiero que piense que mi nombre es Eikoos!”
-Aunque prefiero que me llamen Sookie.- Agrego Eikoos casi escupiendo su ultima palabra.
-¿Por qué? Eikoos es más lindo que Sookie.
-“¿Stephan esta coqueteándome?-pensé”
Eikoos debió de escucharlo ya que agrego enojada
“-¡No! ¡Está coqueteándome a mí!”
“-Pero piensa que vos sos yo.-le dije”
Supongo que se dio cuenta que yo tenia razón y me devolvió el control.
-Gracias por el cumplido pero pienso que Sookie es mas lindo.- al escuchar esto Eikoos hizo que me doliera mucho la cabeza. Aunque todo lo que me hiciera también le dolía a ella no le importaba solo importaba que sufriera.
-¿Te encuentras bien?- pregunto con preocupación Stephan.
-Si.-le respondí con gran dolor.
-Deberías visitar a la enfermería.
-No, estoy bien solo es un pequeño dolor de cabeza.
La campana sonó y yo debía ir al salón de matemáticas, me despedí de Stephan y salí corriendo a la siguiente clase.
Al llegar la profesora me dedico una mirada asesina y me indico un asiento vacío, no presté atención en con quien me sentaría, pero al acercarme pude ver que mi compañero de banco era ¡Lucas!
“Hagamos una cosa, yo no te molestare con Lucas si tu me dejas ser yo cuando estemos con Stephan”
“No confío en ti”
“Entonces no confías en ti misma Sookie”
“No en la parte que eres tu”
Me senté en el banco y la clase empezó.

jueves, 25 de marzo de 2010

2.El internado

Empacando mis cosas encontré el viejo peluche que usaba Nicolas cuando vivía. Últimamente todo me recuerda a ellos , pero si tiraría todo ¿quien me aseguraría que hubieran existido? Cuando se fueron se llevaron con sigo toda mi alegría.
Guarde toda mi ropa en una vieja valija que había pertenecido a mi madre. Allí no solo guarde ropa sino guarde el único objeto que no permitiría que olvidara sus hermosos rostros, un portarretratos que nos había regalado un pariente de mamá.
Al bajar las grandes escaleras pude ver a Stephanie esperándome junto con sus padres. Luego subimos a una gran camioneta color azul marino.
El viaje fue largo y muy aburrido, el internado estaba muy lejos, rodeado por espesos bosque por los que, supongo, me alimentaría.
El internado parecía viejo, supuse que lo habían construido en los 1.800, casi no se divisaba la gastada pared porque estaba cubierto por mucho moho.
Había chicos de muchas edades que ingresaban apurados al viejo internado, por dentro el edificio de veía mas viejo que desde afuera. Cubierto por grandes cuadros de gente, que en su momento, habría sido importante allí.
Sentí una caliente mano que tocaba mi hombro. Volteé a ver quien acudía a mi y pude ver el bello rostro de mi mejor amigo Joe.
-¿Me extrañaste?- Pregunto mi fiel amigo, por la ropa que llevaba supuse que se quedaría aquí, ya que, llevaba el espantoso uniforme de East Harrier.
-Siempre-conteste con una sonrisa, con el junto a mi me sentía segura.-¿Te quedaras aquí?- Pregunte confundida por la repentina aparición de mi amigo.
- Por supuesto. Sino ¿porque llevaría este horrendo uniforme?- pregunto para luego lanzar una estruendosa risotada. Por detrás de Joe apareció Stephanie.
-Y ¿Qué hace un chico tan lindo como tu en este asqueroso lugar?-dijo entre risas Steph.
-Bueno, estuve meditando y llegue a la conclusión de que este lugar sería un infierno sin mi.- le contesto con una carcajada Joe.
Luego de esa corta charla los chicos se separaron y me terminaron dejando sola. No quise interrumpirlos ya que se veían muy felices, pienso que estando junto a mí les contagiaba mi tristeza.
Estaba completamente sola, no conocía a nadie en este horrible lugar.De pronto un joven con cabellera morocha tropezó con migo.
- Realmente lo siento, no fue mi intención lastimarte, es que no te vi.- Me dijo el joven. Siempre había sabido que yo era petisa pero jamás alguien había sido tan alto como para no verme. -Wow mira esa lindura hermano.- Miré hacia los costados para buscar a quien se refería sin embargo no encontré a ningún chico que estuviera tan cerca como para escucharlo. ¿Ese joven se estaría refiriendo a mí? creo que tengo la apariencia de una chica,¿No se había dado cuenta que estaba vestida como una mujer?
El chico al ver mi cara de confusión miró hacía los costados, como si estuviera buscando a alguien.
-No me refería a ti- me informó un poco avergonzado-Pensé que mi hermano se encontraba al lado mío.
Y allí lo vi, él era tan perfecto, su cabello rubio contrastaba perfectamente con el tono de su piel, sus ojos azul marino me miraban con cierto cariño.
-Hey, allí estas- dijo el joven castaño llamando al chico de mis sueños.- Quedate al lado mio, me haces quedar como un loco enfrente de esta chica.
- No necesitas mi ayuda para dar esa impresión.-Dijo el chico rubio entre risas, su risa era como el canto de cien ángeles, su sonrisa parecía pintada por el mismo Miguel Ángel. -No nos hemos presentado, yo soy Lucas y él es mi hermano Thomas.- me informo el hermoso chico.
-Y-yo so-soy Sookie.- tartamudeé, me sentía tan tonta perdiéndome en sus ojos.
-Y, Sookie, ¿Conoces a esa musa?- Dijo Thomas refiriéndose a mi amiga
-Claro, somos prácticamente hermanas.-Dije orgullosamente.
-Y, ¿Me la presentarías?- Preguntó.
-Por supuesto pero después de clases.
-Hecho, y si me disculpan tengo que buscar a Stacy, quien sabe donde se habrá metido esa pequeña mocosa.
- Esta bien, adiós "Casanova"- Dijo Lucas, y su perfecta boca formo la sonrisa mas bella que jamás halla visto.
-¿Que quisiste decir con eso de "Casanova"?- pregunte con un poco de intriga, yo no quería que le hiciera daño a Steph.
-Ha tenido más novias que años.-Dijo entre risas, pero al ver mi cara de decepción se enderezó y continuo- Pero de vez en cuando, que este parece el caso, se enamora de verdad y no para hasta cumplir su objetivo. Y si esta lo rechaza intenta suicidarse.
-¿Literalmente?
-Literalmente-me informó- no bebe, ni come, ni duerme. Ese es su plan de suicidio.
-Y¿ya lo há practicado?
-Practicado si, pero nunca llega a su objetivo. Siempre han terminado a sus pies.
La campana sonó y yo maldije por dentro, tenía tantas ganas de seguir hablando con él.
- Bueno, mi bella dama si me permite debo ir a mi salón, espero encontrarla en el almuerzo.
Yo asentí y él se inclinó a besarme la mejilla.
Rápidamente me encontré con Stephanie para ir a nuestro primer día de clases.

miércoles, 24 de marzo de 2010

1.Recuerdos

En los días como este recuerdo el día mas oscuro de mi vida. Recuerdo la lluvia cayendo lentamente por la ventana de mi escritorio. Recuerdo la melancólica música que escuchaba.

Mamá no me habia dejado ir a la fiesta de Joe, esto había provocado que me enojara mucho con ella. Mi hermanito lloraba mientras mi padre lo arropaba en su cuna cantándole una dulce canción, su voz era melodiosa como la de cualquier otro vampiro.
Era ya, el siglo XXI y los vampiros habíamos evolucionado mucho, la luz no nos hacía el menor daño y ya no éramos pálidos. Esto nos había ayudado a mezclarnos con la gente y no llamar mucho la atención; sin embargo si nos hacían enojar mucho provocaban que nuestros colmillos salieran involuntariamente.
Mamá le estaba contando a papá sobre su trabajo en bienes raíces y papá estaba muy atento. Recuerdo que los llantos de mi pequeño hermanito no cesaban así que decidí ir a ver lo que le molestaba.
La pieza de Nicolas estaba perfectamente arreglada, todo era de un tono celeste pastel combinado con un blanco alba. La cuna de mi hermano me había pertenecido a mí en el momento que la necesitaba, era de madera oscura y ahora con unas sábanas color azul claro.
Mi pequeño hermano lloraba desconsoladamente. Sus hermosos ojos claros estaban tapados por un río de lágrimas. Lo levanté delicadamente y le canté la canción de cuna que mamá había compuesto para mí cuando yo era pequeña. pidamente mi hermano ya estaba dormido en mis brazos. Lo arropé en su cuna y salí lentamente (por temor a hacer ruido y despertar a la criatura) del cuarto de Nicolas.
Regresé a mi cuarto y me puse a leer. Mi pasatiempo favorito siempre había sido leer.
Asomé la cabeza por la ventana y pude divisar que mamá estaba haciendo la cena. Yo siempre había preferido la sangre aunque fuese de animal antes que la comida, así que me escapé por la ventana hacia un bosque cercano. Allí podía sentí a esas frágiles criaturas huyendo de mí, a sus delicados corazones palpitando cada vez más fuerte en cuanto me acercaba. La sangre de animal jamás se había comparado con la de humano, sin embargo les tenía un gran aprecio a los mortales ya que mis mejores amigos eran humanos. La sangre era caliente y dulce y muy adictiva. Después de terminar con tres pequeñas ardillas me dirigí a mi casa, pero diez metros antes sentí la presencia de dos vampiros más. Me acerqué lentamente sin hacer ruido y pude escuchar un grito ahogado. Un grito que reconocería en cualquier lado. El grito de mi madre.
Entre por la ventana de mi cuarto y pude ver a dos hombres. Uno de ellos era fornido y con una mirada que provocaba escalofríos. Él otro parecía muy arrepentido.
El más joven sintió mi presencia y volteó a verme, miró a su compañero para asegurarse de que estuviera lejos y luego se acercó a mí. Se agachó para poder mirarme a la cara; su mirada reflejaba temor.
-¡Vete niña!- dijo- Vete si no quieres terminar como tu familia- volteó al oir a su compañero llamándolo y le respondió-Estoy aquí, ya voy- giró su cabeza para mirarme y luego con su mano derecha señalo a mi ventana. Yo asentí. El joven desapareció rápidamente y yo salí otra vez por la ventana como me había indicado.
Corrí hasta llegar a un campo, en el que de vez en cuando yo robaba una que otra oveja, me senté en el mojado pasto y empecé a llorar. No sabía que había pasado ni por qué pero presentia que no era nada bueno.
Esperé hasta que amaneciera para volver a casa.
Al llegar me acerqué a la habitación de Nicolas, pero estaba totalmente vacía. Llegué a la cocina y lo único que había era unas pequeñas gotas de sangre. Comencé a seguir el rastro que la sangre habia hecho hasta llegar a la pieza de mis padres. La puerta estaba completamente cerrada y por debajo un río de sangre que fluía sin parar. Temía abrir la puerta y encontrar a mis padres. Pero al abrirla mis dudas se convertieron en realidad. Allí en el suelo estaban los tres cuerpos sin vida de las personas que más quería en el mundo. Comencé a llorar sobre los cadáveres de mi familia. Recuerdo que no me levanté de allí hasta tres semanas después, cuando Stephanie llamó a la puerta.
Yo estaba en estado de shock y mi cuerpo no respondia. Se cansó de llamar a la puerta y la abrío ya que ella sabía donde guardábamos la llave de repuesto. Tardó varios minutos hasta llegar al cuarto de mis padres y verme. Yo estaba sucia, mi ropa estaba llena de sangre y lucía muy mal. Ella me llevo hasta su casa y desde ese momento vivo con ella.

La voz de mi querida amiga me despertó de mis pensamientos.
-Vamos Sookie, es hora de irnos.