Sinopsis

Una chica de 16 años, que vive con su amiga,

es ubicada en un internado tras el asesinato de toda su familia , donde

conocerá unos seres como ella. Pero al descubrir el oscuro pasado de su

enamorado, su vida dará un giro de 180º...




jueves, 25 de marzo de 2010

2.El internado

Empacando mis cosas encontré el viejo peluche que usaba Nicolas cuando vivía. Últimamente todo me recuerda a ellos , pero si tiraría todo ¿quien me aseguraría que hubieran existido? Cuando se fueron se llevaron con sigo toda mi alegría.
Guarde toda mi ropa en una vieja valija que había pertenecido a mi madre. Allí no solo guarde ropa sino guarde el único objeto que no permitiría que olvidara sus hermosos rostros, un portarretratos que nos había regalado un pariente de mamá.
Al bajar las grandes escaleras pude ver a Stephanie esperándome junto con sus padres. Luego subimos a una gran camioneta color azul marino.
El viaje fue largo y muy aburrido, el internado estaba muy lejos, rodeado por espesos bosque por los que, supongo, me alimentaría.
El internado parecía viejo, supuse que lo habían construido en los 1.800, casi no se divisaba la gastada pared porque estaba cubierto por mucho moho.
Había chicos de muchas edades que ingresaban apurados al viejo internado, por dentro el edificio de veía mas viejo que desde afuera. Cubierto por grandes cuadros de gente, que en su momento, habría sido importante allí.
Sentí una caliente mano que tocaba mi hombro. Volteé a ver quien acudía a mi y pude ver el bello rostro de mi mejor amigo Joe.
-¿Me extrañaste?- Pregunto mi fiel amigo, por la ropa que llevaba supuse que se quedaría aquí, ya que, llevaba el espantoso uniforme de East Harrier.
-Siempre-conteste con una sonrisa, con el junto a mi me sentía segura.-¿Te quedaras aquí?- Pregunte confundida por la repentina aparición de mi amigo.
- Por supuesto. Sino ¿porque llevaría este horrendo uniforme?- pregunto para luego lanzar una estruendosa risotada. Por detrás de Joe apareció Stephanie.
-Y ¿Qué hace un chico tan lindo como tu en este asqueroso lugar?-dijo entre risas Steph.
-Bueno, estuve meditando y llegue a la conclusión de que este lugar sería un infierno sin mi.- le contesto con una carcajada Joe.
Luego de esa corta charla los chicos se separaron y me terminaron dejando sola. No quise interrumpirlos ya que se veían muy felices, pienso que estando junto a mí les contagiaba mi tristeza.
Estaba completamente sola, no conocía a nadie en este horrible lugar.De pronto un joven con cabellera morocha tropezó con migo.
- Realmente lo siento, no fue mi intención lastimarte, es que no te vi.- Me dijo el joven. Siempre había sabido que yo era petisa pero jamás alguien había sido tan alto como para no verme. -Wow mira esa lindura hermano.- Miré hacia los costados para buscar a quien se refería sin embargo no encontré a ningún chico que estuviera tan cerca como para escucharlo. ¿Ese joven se estaría refiriendo a mí? creo que tengo la apariencia de una chica,¿No se había dado cuenta que estaba vestida como una mujer?
El chico al ver mi cara de confusión miró hacía los costados, como si estuviera buscando a alguien.
-No me refería a ti- me informó un poco avergonzado-Pensé que mi hermano se encontraba al lado mío.
Y allí lo vi, él era tan perfecto, su cabello rubio contrastaba perfectamente con el tono de su piel, sus ojos azul marino me miraban con cierto cariño.
-Hey, allí estas- dijo el joven castaño llamando al chico de mis sueños.- Quedate al lado mio, me haces quedar como un loco enfrente de esta chica.
- No necesitas mi ayuda para dar esa impresión.-Dijo el chico rubio entre risas, su risa era como el canto de cien ángeles, su sonrisa parecía pintada por el mismo Miguel Ángel. -No nos hemos presentado, yo soy Lucas y él es mi hermano Thomas.- me informo el hermoso chico.
-Y-yo so-soy Sookie.- tartamudeé, me sentía tan tonta perdiéndome en sus ojos.
-Y, Sookie, ¿Conoces a esa musa?- Dijo Thomas refiriéndose a mi amiga
-Claro, somos prácticamente hermanas.-Dije orgullosamente.
-Y, ¿Me la presentarías?- Preguntó.
-Por supuesto pero después de clases.
-Hecho, y si me disculpan tengo que buscar a Stacy, quien sabe donde se habrá metido esa pequeña mocosa.
- Esta bien, adiós "Casanova"- Dijo Lucas, y su perfecta boca formo la sonrisa mas bella que jamás halla visto.
-¿Que quisiste decir con eso de "Casanova"?- pregunte con un poco de intriga, yo no quería que le hiciera daño a Steph.
-Ha tenido más novias que años.-Dijo entre risas, pero al ver mi cara de decepción se enderezó y continuo- Pero de vez en cuando, que este parece el caso, se enamora de verdad y no para hasta cumplir su objetivo. Y si esta lo rechaza intenta suicidarse.
-¿Literalmente?
-Literalmente-me informó- no bebe, ni come, ni duerme. Ese es su plan de suicidio.
-Y¿ya lo há practicado?
-Practicado si, pero nunca llega a su objetivo. Siempre han terminado a sus pies.
La campana sonó y yo maldije por dentro, tenía tantas ganas de seguir hablando con él.
- Bueno, mi bella dama si me permite debo ir a mi salón, espero encontrarla en el almuerzo.
Yo asentí y él se inclinó a besarme la mejilla.
Rápidamente me encontré con Stephanie para ir a nuestro primer día de clases.

miércoles, 24 de marzo de 2010

1.Recuerdos

En los días como este recuerdo el día mas oscuro de mi vida. Recuerdo la lluvia cayendo lentamente por la ventana de mi escritorio. Recuerdo la melancólica música que escuchaba.

Mamá no me habia dejado ir a la fiesta de Joe, esto había provocado que me enojara mucho con ella. Mi hermanito lloraba mientras mi padre lo arropaba en su cuna cantándole una dulce canción, su voz era melodiosa como la de cualquier otro vampiro.
Era ya, el siglo XXI y los vampiros habíamos evolucionado mucho, la luz no nos hacía el menor daño y ya no éramos pálidos. Esto nos había ayudado a mezclarnos con la gente y no llamar mucho la atención; sin embargo si nos hacían enojar mucho provocaban que nuestros colmillos salieran involuntariamente.
Mamá le estaba contando a papá sobre su trabajo en bienes raíces y papá estaba muy atento. Recuerdo que los llantos de mi pequeño hermanito no cesaban así que decidí ir a ver lo que le molestaba.
La pieza de Nicolas estaba perfectamente arreglada, todo era de un tono celeste pastel combinado con un blanco alba. La cuna de mi hermano me había pertenecido a mí en el momento que la necesitaba, era de madera oscura y ahora con unas sábanas color azul claro.
Mi pequeño hermano lloraba desconsoladamente. Sus hermosos ojos claros estaban tapados por un río de lágrimas. Lo levanté delicadamente y le canté la canción de cuna que mamá había compuesto para mí cuando yo era pequeña. pidamente mi hermano ya estaba dormido en mis brazos. Lo arropé en su cuna y salí lentamente (por temor a hacer ruido y despertar a la criatura) del cuarto de Nicolas.
Regresé a mi cuarto y me puse a leer. Mi pasatiempo favorito siempre había sido leer.
Asomé la cabeza por la ventana y pude divisar que mamá estaba haciendo la cena. Yo siempre había preferido la sangre aunque fuese de animal antes que la comida, así que me escapé por la ventana hacia un bosque cercano. Allí podía sentí a esas frágiles criaturas huyendo de mí, a sus delicados corazones palpitando cada vez más fuerte en cuanto me acercaba. La sangre de animal jamás se había comparado con la de humano, sin embargo les tenía un gran aprecio a los mortales ya que mis mejores amigos eran humanos. La sangre era caliente y dulce y muy adictiva. Después de terminar con tres pequeñas ardillas me dirigí a mi casa, pero diez metros antes sentí la presencia de dos vampiros más. Me acerqué lentamente sin hacer ruido y pude escuchar un grito ahogado. Un grito que reconocería en cualquier lado. El grito de mi madre.
Entre por la ventana de mi cuarto y pude ver a dos hombres. Uno de ellos era fornido y con una mirada que provocaba escalofríos. Él otro parecía muy arrepentido.
El más joven sintió mi presencia y volteó a verme, miró a su compañero para asegurarse de que estuviera lejos y luego se acercó a mí. Se agachó para poder mirarme a la cara; su mirada reflejaba temor.
-¡Vete niña!- dijo- Vete si no quieres terminar como tu familia- volteó al oir a su compañero llamándolo y le respondió-Estoy aquí, ya voy- giró su cabeza para mirarme y luego con su mano derecha señalo a mi ventana. Yo asentí. El joven desapareció rápidamente y yo salí otra vez por la ventana como me había indicado.
Corrí hasta llegar a un campo, en el que de vez en cuando yo robaba una que otra oveja, me senté en el mojado pasto y empecé a llorar. No sabía que había pasado ni por qué pero presentia que no era nada bueno.
Esperé hasta que amaneciera para volver a casa.
Al llegar me acerqué a la habitación de Nicolas, pero estaba totalmente vacía. Llegué a la cocina y lo único que había era unas pequeñas gotas de sangre. Comencé a seguir el rastro que la sangre habia hecho hasta llegar a la pieza de mis padres. La puerta estaba completamente cerrada y por debajo un río de sangre que fluía sin parar. Temía abrir la puerta y encontrar a mis padres. Pero al abrirla mis dudas se convertieron en realidad. Allí en el suelo estaban los tres cuerpos sin vida de las personas que más quería en el mundo. Comencé a llorar sobre los cadáveres de mi familia. Recuerdo que no me levanté de allí hasta tres semanas después, cuando Stephanie llamó a la puerta.
Yo estaba en estado de shock y mi cuerpo no respondia. Se cansó de llamar a la puerta y la abrío ya que ella sabía donde guardábamos la llave de repuesto. Tardó varios minutos hasta llegar al cuarto de mis padres y verme. Yo estaba sucia, mi ropa estaba llena de sangre y lucía muy mal. Ella me llevo hasta su casa y desde ese momento vivo con ella.

La voz de mi querida amiga me despertó de mis pensamientos.
-Vamos Sookie, es hora de irnos.