Sinopsis

Una chica de 16 años, que vive con su amiga,

es ubicada en un internado tras el asesinato de toda su familia , donde

conocerá unos seres como ella. Pero al descubrir el oscuro pasado de su

enamorado, su vida dará un giro de 180º...




jueves, 15 de abril de 2010

4. Visitas Inesperadas

POV Eikoos.


Ya había observado como mi querida hermana, Sookie, conquistaba por mucho tiempo al idiota que parecía una Barbie. Me estaba aburriendo, jamás podía hacer nada, no podía hablar, moverme, sólo estaba allí, en ese estúpido cuerpo, encerrada sin poder hacer nada. Por más de diez años me quedé quieta muriendo lentamente. Mientras que mi hermana gozaba todos los placeres que le ofrecían mamá y papá. Ella saboreaba las deliciosas comidas que hacía mi querida madre, sentía los cariñosos abrazos de Nicolas y olía el delicioso perfume que emitía mi padre, ese sabroso aroma que producíamos los vampiros.
Sookie debería comprender que no soy mala porque nací así, sino que me gusta verla sufrir. Me encanta ver como algo le sale mal en la vida, me encanta verla agonizar en sus sueños, me encanta ver como siente lo que yo sentí estos últimos 16 años.
La venganza me sienta bien. Jamás he hecho otra cosa que no sea torturar a mi hermana. ¿Por qué? Porque todos los que me rodean, todos son felices, ninguno sufre lo que yo estoy sufriendo.
Varias veces he pensado en suicidarme, ¿Pero cómo si no es por el cuerpo de Sookie? Aun no lo sé.
Yo en el fondo, quiero a mi hermana, pero cómo expresarme con ella si no es mentalmente, cómo abrazarla, cómo darle consejos de cosas que jamás viví. Mi propósito en el mundo es sufrir. Me imagino que soy un ladrón, que aunque no haya hecho nada estoy allí pudriéndome en la cárcel ¿Cómo amar a un policía si te tiene encerrado?
Solo soy un fantasma que quedó encerrado en el cuerpo de su hermana.
Mi historia es sencilla (o por lo menos para mi), cuando Sookie y yo éramos pequeñas fuimos las mejores amigas, aunque solo teníamos dos años. Al cumplir los tres sufrí una grave enfermedad. Sookie, aunque yo lo negué, me hospedó en su cuerpo, pero me retuvo tanto tiempo en él que aunque mi cuerpo se había curado quedé encerrada en el suyo.
Nunca nadie le contó a Sookie la verdadera historia, ella piensa que soy una parte de si misma. Me encantaría contarle la verdadera historia y explicarle porque la odio tanto. Pero no puedo decirle: “Hola soy tu gemela, cuando éramos pequeñas me encerraste en tu cuerpo y no me dejaste salir, y esa es la razón por la que te odio”; además en ese momento me tendría lástima, y no quiero que se ponga sentimental.


POV Sookie.

-Bien, nos vemos en el almuerzo, ¿cierto?- me preguntó Lucas. Sus hermosos ojos se encontraron con los míos, para mi mala suerte porque me quedé atrapada en el bellísimo mar que se encontraba en ellos. Sus hermosos ojos. Los que cambiaban de un azul claro a uno carmesí cada vez que se enojaba, esos ojos que acababa de conocer, esos ojos que en ese instante reflejaban preocupación. Nuevamente me había ahogado en mis pensamientos. Mi cuerpo no respondía.
-¿Te encuentras bien?-me preguntó con desesperación.- Sookie… ¡Sookie!- La última vez que repitió mi nombre lo dijo casi gritando mientras me agitaba.
“Responde idiota, o ¿Prefieres que le responda yo?”Me dijo Eikoos.
Hice mi mejor esfuerzo para que mi cuerpo reaccionara, no dejaría que Eikoos hablara por mí.
-Sí, lo lamento, yo…no quise…preocuparte- le dije mirando al suelo, para que no notara que mis mejillas estaban totalmente rojas.
El me tomó de la barbilla obligándome a verlo a los ojos. Sus labios se deformaron para dedicarme una hermosa sonrisa.
-Eres muy hermosa cuando te sonrojas.-era tan dulce.
El timbre sonó y yo tenía que ir a Química, me despedí de Lucas con la mano y el correspondió con una de sus bellas sonrisas.
En el camino hacía el salón 21 me encontré con Joe.
-Hola-me dijo mientras tomaba mis libros como un caballero.
-Hola Joe.- Yo por más de seis años sabía que Joe sentía algo más por mí, pero me negaba a darle una oportunidad. Sabía que no saldría bien, y temía perderlo.
-¿Cómo has estado?
-Bueno, nunca estaré bien mientras que esto sea una escuela, pero por ahora no pasó nada malo.
-Oye,-me dedicó una de sus sonrisas que me hacían sentir bien, y continuó- cargaría tus libros hasta el fin del mundo pero por mala suerte debo ir a clase.
-Gracias.-dije mientras me entregaba mis libros-Adiós, que tengas suerte.- Le grité antes de que entrara a su salón.
Cuando llegue pude ver que nadie aun se encontraba en mi clase, excepto la maestra. Me senté en un banco de atrás, no me gustaba llamar la atención.
Después de un tiempo los jóvenes fueron entrando. A la mayoría ya los había visto de las clases anteriores y ellos a mí así que no me prestaron mucha atención, por suerte.
Cuando todos los alumnos entraron la profesora se presentó “Shoreria Mirfa”.
Al pronunciar su nombre mitad del salón se rió y la otra mitad decidimos respetarla.
Una joven de cabellos rojo fuego entró al salón, sus ojos celestes se posaron en mí mientras que me dedicaba una dulce sonrisa.
Los chicos sólo se quedaron admirando su hermosura, mientras que las chicas la envidiaban.
-Buenos días,- le dijo la joven con una voz melodiosa, la profesora apartó la vista de su tablero para poder contemplar el rostro de quien la saludaba.-Mi nombre en Jena Skull.
-Buenos días jovencita.- ¿Skull? ¿Era Jena? ¿Mi prima lejana? Imposible, ella vivía en New York, ¿Qué estaría haciendo en Londres?
La vieja profesora revisó su tablero nuevamente para verificar que se encontraba en esta clase.
-¿Usted es pariente de la señorita Sookie?- En ese momento todos reaccionaron y giraron su cabeza para así poder verme.
-En efecto.-le respondió Jena-Soy su prima.-dijo esta vez refiriéndose a mí.
Me dedicó una linda sonrisa y yo se la devolví.
Jena caminó lentamente hacia mí. Parecía una hermosa modelo en su pasarela. Se sentó junto a mí.
-¿Qué haces aquí, Jena?-le pregunté sorprendida.-Pensé que te encontrabas en California.
-Bueno, después de que mamá se enteró sobre que te habías inscripto en este colegio, decidió que nosotras iríamos tanbien. Para que pasaras más tiempo en familia. Todos te extrañamos, no has venido a visitarnos, desde…tú sabes…el “accidente”.
Accidente, así lo llamábamos a el asesinato de mi familia frente a mortales.
-Lo sé, luego del “accidente” viví con una amiga y no quería molestar a los demás.
-Prima, verte es una bendición, te extrañé mucho- dijo abrazándome.
Alguien muy cercano se aclaró la garganta y al darme vuelta pude ver a Stephan. Él me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.
-¿Es tu novio?-preguntó Jena curiosa.
-No- dije riéndome.
“Pero lo será” contestó Eikoos a la pregunta de mi prima.
“¡No!”
-¿Recuerdas a Eikoos?
-Sí.
-Pues parece que a ella le agrada mucho Stephan.-dije señalando con el pulgar al lindo joven que se encontraba muy cerca de mí.
-Oh-Dijo con cara apenada, debería estar poniéndose en mi lugar.-Y ¿A tí te interesa alguien?
En ese momento mi cara debería de estar en un rojo intenso porque sentí como mis mejillas me quemaban.
-Bueno, se podría decir que me agrada un chico llamado Lucas.
Luego de eso la señorita nos calló porque iba a empezar la clase.

La campana sonó y teníamos que ir al almuerzo.
-Acompáñame, te sentarás conmigo en el almuerzo ¿Cierto?
-Lo lamento, pero Lucas me lo había pedido antes.
-Pues él se sentará con nosotros jovencita, porque tienes que recuperar 6 años sin vernos y ponerte al tanto de todo.-dijo con un tono materno.
-Esta bien mamá.-dije cargándola.
Al entrar al enorme comedor toda la gente se nos quedó mirando, algunas miradas reflejaban curiosidad, otras envidia y algunas lujuria.
-Voy a ver a Lucas, enseguida voy con ustedes.
-Esta bien pero te estoy vigilando Sookie Kesha Skull.
Me dirigí hacía la mesa de Lucas. En el camino me encontré con la mirada de Stephan que me miraba muy decepcionado al ver hacia donde me dirigía.
En la mesa de Lucas se encontraba Thomas y una joven de cabello rubio muy hermosa.
-Hola Lucas, Thom…-miré hacía la chica, esta me miraba con desprecio- Disculpa, no nos han presentado, mi nombre es Sookie-dije tendiendo la mano. Esta la miró con asco y prosiguió a presentarse.
-Mi nombre es Stacy.-dijo con aire de superioridad.
-Discúlpala, es una maleducada.-me informó Thomas. Stacy le dio un codazo un sus costillas para que se callara.
-Lucas, sé que te prometí sentarme contigo pero…
-Si no quieres no importa- me interrumpió.
-No, no es eso, es que vinieron parientes que no veía hace mucho y…
-Siéntate con ellos no importa-me interrumpió nuevamente.
-No es eso Lucas, déjame hablar.
-Lo lamento.
-Mi familia llegó y mi prima me dijo que tenía que sentarme con ella pero yo negué la petición de mi prima porque te prometí a ti primero entonces ella dio la idea de que tú comieras con nosotros, ¿Quieres?
-¿Tu estarás allí?-Yo asentí.-Pues, en ese caso yo estaría encantado.
Se despidió de sus hermanos y fuimos hacia a la mesa en la que se encontraban mis dos primas, Jena y Emily, también había un joven que no conocía.
- Les presento a Lucas, él es un compañero mío- Todos le sonrieron y luego Jena me dedicó una sonrisa pícara.- Lucas, ellas son mis primas, Emily y Jena, y lamentablemente no tengo la menor idea de quién es el joven.
-Él es mi novio Adams- me informó Emily.
-Es un placer.
-El placer es mío, me han hablado tanto de ti que tenía muchas ansias de conocerte.-Me comunicó Adams. Parecía un joven agradable.
El almuerzo pasó rápido y nuevamente la campana arruinó todo. Nos despedimos y cada uno entró a su salón.

domingo, 4 de abril de 2010

3.Eikoos

La clase de geografía era una tortura, no sólo porque la materia no me gustaba sino porque la profesora hacía todo demasiado lento. Creo que intentaba demostrar lo que tardo en separarse la Pangea.... ¡en tiempo real!
Había elegido sentarme al lado de la ventana(sola porque Steph tenia Literatura) para así, poder recordar esas felices tardes de enero disfrutando con mi familia los pequeños rayos de sol que se asomaban por en sima de nuestra pequeña cabaña. Las tardes en las que Nicolas jugaba con Forfo, nuestro gran perro, en el gran bosque que teniamos cerca de nuestra casa. Aún recuerdo como mamá nos leía los cuentos sobre seres hermosos que aparecían cuando la gran luna decidía mostrarse entera. Recuerdo como papá me elevaba en el aire mientras que giraba sobre sí mismo. Recuerdos. Ya eran sólo recuerdos las imágenes de ellos, felices a mi lado.
Unas lágrimas amenazaban con salir, yo las retenía porque no quería llamar la atención.
Un alumno interrumpió la clase, era alto y de cabello casi negro, era muy lindo. El alumno le informó a la profesora que era nuevo y esta señaló hacía el lugar donde estaba yo. Suponía que llegaría el momento en que tendría que sentarme con alguien que no conocía pero no pensé que sería tan pronto. El joven se sentó a mi lado y sacó los útiles de la materia.
La clase se volvía cada vez mas aburrida y no tenía muchas ganas de entablar una conversación con el nuevo. Mis párpados se cerraban y mis sentidos bajaban al guardia, ya mis oídos no escuchaban nada, ni la brisa de otoño, ni el armonioso canto de las aves, ni a la molesta profesora. Mi cuerpo se tambaleaba, y de pronto ya no sentí nada más, mis ojos se habían sellado y no pensaban abrirse hasta que descansara un poco.
El sueño que tuve fue el más raro que he tenido nunca. Había una flor blanca que resaltaba en el oscuro bosque.Un raro impulso me hacia querer tomarla, pero cada vez que me acercaba a ella esta se alejaba. De repente apareció un gran lobo color negro que se mezclaba con el siniestro bosque, el lobo se acercaba lentamente a la flor sin embargo le sucedía lo mismo que a mí. El animal hizo una seña queriendo que me subiera a su lomo pero cuando estaba por hacerlo Lucas me agarró de la cintura y me acercó a él.
El lobo le gruñó y Lucas lo imitó, me dejó en el suelo y se acercó a la flor, esta no se movió y se dejó arrancar. Lucas me sonrió y me le entregó. Era la flor más hermosa que jamás había visto. Sin embargo la flor desapareció, al igual que el lobo. Junto a Lucas apareció mi difunta familia al ver a este se enojó; mi padre empezó a pelear contra Lucas mientras que mi madre me abrazaba protegiéndome de algo que aún no sabía que era, Nicolas lloraba y mi madre me soltó para poder tomarlo en sus brazos.
En el corto segundo que tardó mi madre en agarrar a mi hermano Lucas me sujetó de la mano sacándome de ese horrible bosque. Lucas desapareció dejándome sola y enfrente mío un espejo. Una chica muy linda con una larga cabellera castaña y unos hermosos ojos verdes se reflejaba en el enorme espejo. Ese no era mi reflejo, era el reflejo de mi parte oscura. Una parte a la que le gustaba verme sufrir, esa parte que noche y día me atormentaba con recuerdos que me dolían, esa parte que siempre veía el lado malo de todas las situaciones. El lado que producía los sueños que más me lastimaban. Ese lado me impulsaba a hacer cosas horribles que jamás haría por cuenta propia.
-Despiértate, oye…como te llames levántate-dijo una voz que salía de la nada, parecía que lo decía con cariño.
Cuando por fin abrí los ojos pude divisar que la voz tan bella provenía de aquel muchacho que se sentaba con migo. Yo estaba recostada en su hombro. Me refregué la cara con mis manos. Mis mejillas ardían, seguramente estaba roja. Él me sonrió, cariñosamente.
“Espero que te haya gustado el sueño” me dijo Eikoos, así la había llamado de pequeña a mi parte malvada. Siempre me hacía sufrir, se lastimaba a ella misma ya que Eikoos era parte de mí, quizás era mi parte suicida o algo así.
-Mi nombre es Stephan.-Dijo el joven, “Que hermosa voz.” Me dijo Eikoos.
-El mío es Eikoos- ¡me estaba controlando!, podía oír lo que ella pensaba. Ella pensaba que el chico era muy guapo.
-Eikoos, que raro nombre.-Eikoos parecía decepcionada, y creo que esto se reflejaba en mi rostro, porque el chico agrego-Pero un muy hermoso nombre.
Eikoos sonrío, ¿podría ser que mi parte mala estaba enamorada?
“-Eikoos necesitamos hablar a solas de esto.- le dije.”
“-Ya estamos hablando solas.”
“-¡No quiero que piense que mi nombre es Eikoos!”
-Aunque prefiero que me llamen Sookie.- Agrego Eikoos casi escupiendo su ultima palabra.
-¿Por qué? Eikoos es más lindo que Sookie.
-“¿Stephan esta coqueteándome?-pensé”
Eikoos debió de escucharlo ya que agrego enojada
“-¡No! ¡Está coqueteándome a mí!”
“-Pero piensa que vos sos yo.-le dije”
Supongo que se dio cuenta que yo tenia razón y me devolvió el control.
-Gracias por el cumplido pero pienso que Sookie es mas lindo.- al escuchar esto Eikoos hizo que me doliera mucho la cabeza. Aunque todo lo que me hiciera también le dolía a ella no le importaba solo importaba que sufriera.
-¿Te encuentras bien?- pregunto con preocupación Stephan.
-Si.-le respondí con gran dolor.
-Deberías visitar a la enfermería.
-No, estoy bien solo es un pequeño dolor de cabeza.
La campana sonó y yo debía ir al salón de matemáticas, me despedí de Stephan y salí corriendo a la siguiente clase.
Al llegar la profesora me dedico una mirada asesina y me indico un asiento vacío, no presté atención en con quien me sentaría, pero al acercarme pude ver que mi compañero de banco era ¡Lucas!
“Hagamos una cosa, yo no te molestare con Lucas si tu me dejas ser yo cuando estemos con Stephan”
“No confío en ti”
“Entonces no confías en ti misma Sookie”
“No en la parte que eres tu”
Me senté en el banco y la clase empezó.